por Marco Villarroel
¿Se puede ser patriota y libertario al mismo tiempo? El concepto de patriotismo, entendido como amor y defensa a la patria, se contrapone a las premisas fundamentales del pensamiento libertario en varios aspectos. Los libertarios suelen abogar por la reducción del rol del estado en la sociedad, promoviendo la libertad individual, la libre empresa y la mínima intervención gubernamental. Sin embargo, al autopercibirse como patriotas, caen en una inconsistencia conceptual, ya que ser un verdadero patriota implica defender los recursos naturales de la explotación desmedida y del saqueo promovido por conglomerados apátridas transnacionales.
Un auténtico patriota no puede fomentar el egoísmo desmedido de acumular riqueza mientras sus compatriotas menos privilegiados sufren carencias. El amor por la patria y sus habitantes implica la búsqueda del bienestar colectivo y la solidaridad social. Defender los intereses de la patria significa promover políticas que garanticen el bienestar de todos los ciudadanos, en lugar de favorecer únicamente a unos pocos.
Además, el reduccionismo del rol del estado propuesto por los libertarios, si se lleva a un extremo, puede poner en riesgo la protección y soberanía nacional, debilitando la capacidad del país para protegerse de amenazas internas y externas, así como para asegurar el bienestar de sus ciudadanos en aspectos fundamentales como la salud, la educación y la seguridad social.
Por lo tanto, ser un patriota libertario constituye un oxímoron y una paradoja conceptual. La defensa de la patria y sus ciudadanos choca contra de los principios esenciales del pensamiento libertario, generando una incompatibilidad inherente entre ambos conceptos.
En resumen, es crucial comprender que muchos autoproclamados libertarios se disfrazan de patriotas, nacionalistas e incluso soberanistas, términos que contradicen el verdadero espíritu del libertarianismo. Además, a menudo simulan oponerse a la agenda globalista, aunque en la práctica rinden honores a potencias como Estados Unidos e Israel. Cuando llegan al poder, estos individuos suelen traicionar sus supuestas posturas antiglobalistas, como lo evidencia el caso de Javier Milei que prometía reducir los impuestos y terminó por aumentar el costo de vida en la Argentina y agudizar la crisis económica que vive ese país. Por lo tanto, es fundamental que los ciudadanos estén alerta y no caigan en las manipulaciones de políticos falsos patriotas, cuyas ideas económicas van en contra de la verdadera soberanía nacional.